martes, 15 de enero de 2013

La Estrella poesía



lA ESTRELLA



Yo tenía una estrella,
y no quise darme cuenta,
yo tenía un cascabel,
y lo perdí un amanecer.
Fui egoísta y cruel,
y no lo quise saber,
con el rocío del alba,
te fuiste para no volver,
y te tuve que perder
por no saberte querer.
                               A.R.G.





Poesía dedicada a Mi Abuela

















Abuela, hermosa como un flor,
serena como una estrella, que
con tú luz y amor,
diste vida a una generación,
y esta a su vez, dio paso
a otra nueva.
Hoy te vas y nos dejas,
ya cumpliste tu cometido en 
la tierra, tu semilla floreció,
creció y se multiplicó,
porque tu la diste todo tú amor.
Hoy te vas y nos dejas, tu
alma hacia el cielo vuela.
Porque Dios allá te espera.
Adiós abuela 
                                  A.çR.G.

El Balcón de la Vida poesía







Hoy me he asomado, al balcón
de la vida, he visto caminos
de lágrimas y risas.
He visto abismos oscuros
y profundos, y laderas 
cubiertas de miserias y pobreza,
he visto montañas de inmensas
riquezas y a gente como un
enjambre apiñarse sobre ellas.
He visto odio y rencor, maldad
y perdición, vicio y corrupción.
También he visto, a hombres
entregando todo su amor.
Este mundo se deshace
y no tiene salvación.

                                A.R.G.

Poesía El regreso




El humo sale de mis labios
deshaciéndose en el recinto.
Los pensamientos se agolpan
en mi mente, torturando
mi cabeza.
Te dejé ir, lo recuerdo 
con tristeza.
La lluvia resbala perezosa
sobre la cristalera.
Yo, en la penumbra hundido
en la duda, maldigo aquel
día de lluvia.
El viento azota mi cara
hasta dejármela helada.
Más en mi desesperación
no me importa nada.
Te busco en las calles
desiertas, en el viento,
en las olas,.
Más tu no regresas.
                              A.R.G. 

La Gaviota Poesía


la gaviota, playa

Gaviota, ave del mar,
tu que juegas con ella.
Dime, ¿donde está, ese
pescador que una 
mañana dejó su hogar?,
y en su barca se hizo a
a la mar.
El sol al atardecer
sobre el horizonte cayó,
La luna bajo el negro
cielo apareció.
Más el no regresó.
Dime tu gaviota blanca,
sobre que playa quedó.

                        A.R.G.

José Maria de Pereda Escritor cantabro Biografía




José María de Pereda

José María de Pereda
JMPereda.jpg
José María de Pereda.
Nacimiento6 de febrero de 1833
Polanco (Cantabria),España
Defunción1 de marzo de 1906
(73 años)
Santander (Cantabria),España
SeudónimoParedes
OcupaciónNovelista
NacionalidadBandera de España
PeríodoSiglo XIX
MovimientosRealismocostumbrismo
José María de Pereda y Sánchez Porrúa (Polanco6 de febrero de 1833 – Santander1 de marzo de 1906) fue un  del periodo realista. También participó como político afiliado al Partido Carlista.
Sus obras más conocidas son Peñas arribaDe tal palo tal astillaSotileza y La puchera que le dieron gran reconocimiento, lo que dio lugar a que ya en 1872 fuese correspondiente de la Real Academia Española.

[editar]
Sus padres fueron Juan Francisco de Pereda y Bárbara Josefa Sánchez Porrúa; su madre era de
 Comillas y su padre de Polanco, ambas localidades en Cantabria. Se casaron de muy jóvenes, de forma que llegaron a tener 22 hijos, si bien sólo nueve sobrepasaron la juventud y llegaron a adultos. Inicialmente vivieron de la agricultura y de la ganadería en el pueblo natal, donde el autor cursó los estudios de educación primaria, hasta que se trasladaron a la capital, Santander para que José María pudiese preparar su ingreso en el Instituto Cántabro de la calle Santa Clara. A los 11 años, en 1843, fue ya alumno del instituto en el que también estudiaron Menéndez Pelayo, Gregorio Marañón o Gerardo Diego. Durante el Bachillerato es un estudiante mediano, más amante de la caza, la pesca y la vida en contacto con la naturaleza que de otras ocupaciones. Tuvo, sin embargo, un temperamento neurótico e hipersensible desde niño.

Terminados los estudios de Humanidades, en el otoño de 1852, se trasladó a Madrid con intención de cursar los estudios preparatorios del ingreso en la Academia de Artillería de Segovia. Allí se alojó en la calle del Prado número 2, junto a otros estudiantes de su provincia, se interesó poco por los libros científicos, y se dedicó más a las tertulias en el café de «La Esmeralda», los bailes de Capellanes y el teatro. Años más tarde, al referirse a esta etapa de su vida, diría que comenzó en Madrid:
Una carrera científica que no concluí por falta de vocación para ello.
Por entonces es testigo de la Revolución de 1854, la llamada «Vicalvarada», donde casi fallece a consecuencia de los tiroteos en las calles, como refirió en su obra, Pedro Sánchez. En esa época escribió La fortuna en un sombrero (1854), comedia que quedó inédita.
Volvió a Santander y en 1855 fallece su madre y contrae poco después el cólera. Debido a ambas cosas anduvo decaído y desanimado, a pesar de que se recuperó de la enfermedad. Al año siguiente se le presentó una neurastenia que le dejó postrado y obligó a su familia a enviarlo a Andalucía, donde permaneció una parte del año 1857. Al aparecer en Santander el diario La Abeja Montañesa decidió salir de su marasmo e iniciar una carrera periodística. Allí publicó sin firma o, sobre todo, con el seudónimo Paredes,críticas teatrales y esbozos costumbristas. También fundó en 1858 el semanal El Tío Cayetano. Prueba suerte en el teatro con las piezas Tanto tienes, tanto vales (1861), Palos en seco (1861), Marchar con el siglo (1863) y Mundo, amor y vanidad (1863), con poca suerte. Estos conatos escénicos se publicaron en 1869 con el título Ensayos dramáticos.
En 1864 había aparecido ya su primera obra notable, Escenas montañesas, que le convirtió en una celebridad local. El mismo año puso su mirada en Madrid, donde empieza a publicar en El Museo Universal y en 1866 colabora con otros autores en el libro colectivo Escenas de la vida, colección de cuentos y cuadros de costumbres. En su segundo libro,Tipos y paisajes, Pereda se esmeró sobre todo en el relato titulado Blasones y talegas. En abril de 1869 se casa con Diodora de la Revilla y dos años más tarde inicia su carrera política presentándose como diputado carlista por el distrito de Cabuérniga. El año anterior se había constituido la junta provincial del partido, de la que era presidente su amigo Fernando Fernández de Velasco, vicepresidente su hermano Manuel Bernabé Pereda y vocal el propio novelista. Salió elegido por escaso margen, en parte por la división del votoliberal. Eso le hizo ampliar sus amistades en Madrid y darse a conocer. Sus ideas carlistas, sin embargo, no le impiden hacer amistad con escritores de ideología contraria, comoGaldós y Leopoldo Alas «Clarín».
Sobre su experiencia política escribió la novela corta Los hombres de pro, incluida en su libro Bocetos al temple (1876). Entonces dejó la política para consagrarse a sus hijos durante cuatro o cinco años. Estimulado por sus amigos Marcelino Menéndez Pelayo y Gumersindo Laverde, volvió a la literatura iniciando una especie de segunda etapa en su obra, más centrada en la narración extensa realista que en el cuadro de costumbres. Sus novelas estaban ambientadas casi siempre en La Montaña, salvo Pedro Sánchez, y presentaban como tema central la exaltación e idealización de las costumbres del pueblo frente a las urbanas. Sus obras más destacadas son Sotileza (1885), obra en la que retrata la forma de vida de los pescadores, y Peñas arriba (1895), centrada en los habitantes de montaña.
Monumento a José María de Pereda en los jardines del mismo nombre. Los grabados que se ven rodeando al busto de Pereda representan escenas de sus obras.
El suicidio en 1893 de su primer hijo, Juan Manuel, le sorprendió cuando estaba redactando el vigésimo primer capítulo de este último libro (en el manuscrito original hay una cruz que señala el triste momento). Este acontecimiento le afectó muchísimo: desde entonces abandonó casi completamente la escritura, se sumergió en una honda tristeza y le acometieron complejos de culpabilidad que derivaron en una crisis existencial y religiosa. Se agravó su neurastenia y envejeció prematuramente. A duras penas salió de la crisis leyendo el Libro de Job, pero ya no quiso escribir más. Únicamente publicó su desganada novela cortaPachín González, basada en un hecho real, la explosión en noviembre de 1893 del vapor Cabo Machichaco, atracado en el puerto de Santander con un cargamento de dinamita.
Ya era correspondiente de la Real Academia Española desde 1872, y en febrero de 1897 leyó su discurso como miembro de número. Su hija contrajo matrimonio en junio de 1903 con Enrique Rivero, de Jerez de la Frontera, hecho que levantó sus ánimos, pero en la primavera de 1904 sufrió una apoplejía que le dejó hemipléjico del lado izquierdo, y murió el 1 de marzo de1906.

[editar]Pereda y el habla de Cantabria

Aunque algunos autores actuales han visto en la obra de Pereda trazas de querer recuperar un idioma cántabro, nada más lejos de la verdad. En 1875 Pereda respondió a una carta enviada por la Real Academia Española el 1 de junio de 1874, donde se le pedía que investigara el modo de hablar de La Montaña. En esa carta-informe Pereda reconoce que en esa región se hablaba de un modo muy particular y registra muchas de sus voces, documentando en qué zonas se oyen y cómo varían en otras, pero apuntando que se trata de un idioma vulgar, distinto del castellano pero que no defendía. De este modo, en tal informe se lee:
De todas las de España que no tienen dialecto propio, y aun exceptuando entre las que le tienen, únicamente aquellas en las cuales se habla vascuence, la deSantander es, a no dudar, la que más desnaturaliza y afea el castellano en su lenguaje común.1
A continuación divide La Montaña cántabra en tres regiones (occidental, central y oriental), y describe sus diferencias lingüísticas y sus particularidades compartidas. Acepta también que este modo de hablar es propio de las zonas rurales, diciendo de la zona central o de Santander, que es la más urbana:
Por lo demás, el castellano que se habla en esta ciudad por los hombres de alguna ilustración, es, en cuanto cabe, puro de todo acento y vicio provincial, como sucede entre las personas también ilustradas de los pueblos de la misma región; al contrario de lo que se observa en la occidental, y especialmente en la oriental.1

José María de Pereda Escritor Cántabro España






El municipio de Polanco se encuentra en la costa occidental, muy cerca de Santander ( 24 Km. ), Torrelavega y localidades turísticas tales como Suances y Santillana del Mar. En Polanco se encuentra la casa natal del insigne escritor montañés don José María de Pereda.
De Interés:
Casa Natal de don José María de Pereda
Es una casona montañesa del siglo XVIII, tiene la fachada organi- zada en dos cuerpos. Uno más adelantado con balcón entre muros cortafuegos que portan dos pequeños escudos, y otro más alargado ( la casona propiamente dicha ) que presenta en la parte superior, de entramado de ladrillo, un balcón corrido.
Residencia de don José María de Pereda
Enfrente de la iglesia se sitúa otra casa, mandada edificar por el escritor, que responde a la tipología de casa cubo característica del siglo XIX. Tiene tres alturas y sus fachadas son de ladrillo combinado con el blanco de las ventanas y contraventanas y galerías. Se aprecia cierta influencia francesa.
En esta casa Pereda solía recibir las visitas de sus amigos y muchos de ellos, escritores también, se inspiraron allí. Tal es el caso de don Benito Pérez Galdós y su novela Marianela. Sus obras dejan patente el gran afecto que el escritor tenía a su tierra natal. Entre ellas destacan: Escenas montañesas; Don Gonzalo González de la Gonzalera; El sabor de la tierruca; Sotileza; Peñas arriba y Pachín González.
  
Iglesia parroquial de Polanco
Muy cerca de la antigua residencia de don José María de Pereda se encuentra la iglesia parroquial de Polanco. Se trata de una pequeña iglesia, en la que destaca su alta torre.
 
Rumoroso: iglesia parroquial y casona de la Cagiga
En esta localidad próxima a Polanco se encuentra una interesante iglesia del siglo XVII que contiene un buen retablo barroco. También podemos observar la casa de La Cagiga, del siglo XVI, recientemente restaurada, situada en el barrio de Rosales. En el hastial de alguna otra casa se conservan escudos.